La construcción de la casa Ugalde se llevó a cabo a principios de los años 50. Es por ello, y al tratarse de una casa encargada para un uso de veraneo en un clima dócil, que los sistemas constructivos y materiales originales tenían una calidad muy limitada.

Durante las primeras décadas, los sucesivos usuarios invirtieron poco en su mantenimiento. A principios de los años 90 pasaron a ocuparla los actuales propietarios y, movidos por la ilusión y el respeto a la pieza de arquitectura, decidieron hacer un análisis del estado de conservación real de la casa. Éste fue el punto de partida de un trabajo de restauración que se ha ido haciendo por fases y que dura hasta el día de hoy.

Posiblemente estas intervenciones ayudaron a que en 2003 la Generalitat de Cataluña declarara la casa Bien Cultural de Interés Nacional.

Fachadas

Los desconchados accidentales de la pintura dejaron descubrir el mal estado de las fachadas. Aparecían precozmente las varillas de armado. Incluso, por esta falta de espesor en su recubrimiento, algunas de ellas presentaban daños y óxidos por el contacto con el aire.

Entonces se decidió proteger estos puntos vulnerables y repintar. La pintura blanca forma parte aún de la rutina de mantenimiento para conservar una imagen adecuada de la casa.

Cubiertas

Al inicio, las humedades se acumulaban en la superficie de la cubierta formando manchas y a veces incluso se filtraban al interior. Así se descubrió que la cubierta plana no disponía propiamente de ningún sistema o capa impermeable eficaz.

Se tomó pues la decisión de renovarla en su totalidad. El levantamiento del pavimento de la cubierta dejó descubrir también la falta de aislamiento térmico.

Se repuso la cubierta con las sucesivas capas técnicas nuevas: impermeabilizante y aislamiento térmico. Para la reposición del pavimento se encargó la misma pieza de rasilla, también la que tiene una sección singular y sirve de remate (para ésta se encargó un molde especial por estar fuera de mercado), y se recolocó siguiendo el despiece original.

Piscina

La piscina no disponía originalmente de ningún sistema para la depuración y reutilización del agua. En la época del encargo el agua era de uso puntual para la época de verano y se convertía en residuo a final de la temporada de baño.

En el primer intento de colocar un sistema de depuración, el vaso de la piscina construido con ladrillo macizo acabó deshaciéndose, posiblemente por una mala cocción del material.

Este fue el momento de la reconstrucción total de la piscina, añadiéndole una armadura para reforzarla. Se siguió exactamente el patrón original y se convirtió el rebosadero original en un desbordante para el nuevo circuito del agua, así evitando la colocación de «skimmers» en la terraza.

Terrazas

Se aprovechó el momento de la reconstrucción de la piscina para la rehabilitación de la gran terraza de la planta baja. Éste había sido un punto delicado desde el principio porque que las pendientes, que se habían ido deformando con el paso de los años, llevaban en cada día de lluvia el agua a puntos no deseados y sin posibilidad de evacuación.

Interiores

El hecho de que la terraza pasara décadas desviando el agua pluvial accidentalmente al interior provocó que el pavimento de la sala-comedor quedara muy deteriorado por las humedades, incluso deformado. Se substituyó por uno nuevo en los puntos más dañados una vez finalizada la rehabilitación de la terraza.

Las instalaciones de agua y electricidad también se renovaron totalmente por sistemas que cubrieran las exigencias de seguridad y eficiencia actuales.

Parte de la rehabilitación de los interiores, y posiblemente por contraste con los previos usuarios, significó también hacer un ejercicio de comprensión de la obra original para amueblarla e iluminarla con respeto a la obra de Coderch.